LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


martes, 31 de octubre de 2017

El Estado prepara la segunda traición a la Nación



En la retransmisión especial de hoy Daniel Sancho y Pedro Gallego analizan los últimos acontecimientos referentes a la sedición de Cataluña.

Puigdemont el cobarde y la España hiperventilada, por Javier Benegas

Dice el refranero español que no hay mal que por bien no venga. Y así parece haber sucedido con un nacionalismo que el 6 de octubre decidió quitarse la máscara y mostrarnos a todos, no sólo a sus incondicionales, que su idílico viaje a Ítaca era en realidad una farsa que llevaba aparejada la ruina de una de las regiones más prósperas y mimadas de España.

En efecto, si algo podemos agradecer a estos sediciosos de pacotilla es que gracias a ellos hemos descubierto que el nacionalismo era un tigre de papel y que España no podía seguir ni un día más siendo una nación oprimida por el nacionalismo periférico. Gracias a este hatajo de cobardes ya podemos gritar que el victimario era la víctima, y la víctima, el victimario. Y salir a la calle con nuestra bandera mientras ellos huyen a Bélgica.
Aunque parezca increíble, visto el percal de estos Braveheart de ópera bufa, casi 40 años ha estado proscrita España en Cataluña; también su logomarca, indicativo o símbolo ­—llámenlo como prefieran— que es la bandera. Y que nadie se equivoque calificando de españolismo casposo rescatar del olvido la enseña nacional para pasearla por las calles de Barcelona. Eso no es patrioterismo, es resarcir a la verdad del oprobio de la mentira.


La bandera española ondeando por fin libre de prejuicios es justicia. Y también una rebelión en toda regla, no contra los puchi a la fuga, sino contra toda la clase política, porque no es la bandera la que agita a la gente, sino la gente la que agita la bandera. Ahí está la clave. Quien lo niegue o bien no ha entendido nada o bien es un mezquino como Pablo Iglesias. Así que, en vez de hacer mofa de los comerciantes chinos, démosles las gracias por proporcionarnos banderas en cantidades industriales. Qué habría sido de nosotros sin su iniciativa y sin la globalización que tan oportunamente encarnan.

Sin embargo, que nadie eche las campanas al vuelo porque esto es sólo el principio de un largo proceso de restitución de la verdad impulsado por el ciudadano corriente. Ahora, con los tabúes rotos, nos adentramos en un territorio inexplorado, donde sin duda acecharán los cambalaches y las traiciones. El régimen de la Transición ha perdido uno de sus tres pilares: el del pacto con los nacionalistas. Y su zozobra es extraordinaria. Que la clase política no abandone prematuramente dependerá de nuestra extrema vigilancia, porque las tentaciones van a ser muchas. (Sigue)

Fuente: Artículo de Javier Benegas en diario español de la república constitucional

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