Irak: generación envenenada

En el discurso anual del estado de la nación, el presidente Barack Obama declaró que “la guerra de Iraq está tocando a su fin”, pero para la población iraquí el calvario no acaba con la salida de las tropas estadounidenses del país. Como acostumbra allá donde el gobierno imperialista de EEUU pone su punto de mira, deja tras de si miles de muertos iraquíes y niños nacidos con graves malformaciones congénitas debidos a los bombardeos a la población con todo tipo de armas devastadoras, desde uranio empobrecido a fósforo blanco.



Se calcula que después de la Primera Guerra del Golfo Estados Unidos dejó 320 toneladas de uranio empobrecido en el campo de batalla, que seguiran contaminando con radioactividad el paisaje y a la población iraquí durante muchos años. Los estadounidenses se han apresurado a negar la evidencia, quitando importancia a la guerra, que achacan a un tremendo error, y dejándola fuera de los libros de historia. Como en Japón, Vietnam y en otras tantas naciones del mundo, la negación colectiva se ha convertido en el mejor aliado del imperio de la muerte.

Emergencia en el cuerno de África

El Cuerno de África es la región del África oriental, ubicada donde desagua el mar Rojo con el océano Índico en la parte meridional del golfo de Adén, frente a la península arábiga. Es una de las regiones más pobres del mundo, donde el hambre es una amenaza constante agravada este año por los efectos de la sequía. Como consecuencia las tierras no son fértiles y el pastoreo se resiente, por lo que el ganado que provee a sus gentes de leche y carne está muriendo. Los campesinos se ven obligados a comprar los alimentos en los mercados, cuyos precios han subido un 400 por ciento en el caso del maíz y el sorgo debido a la especulación de los precios de los alimentos fomentada por la ecónomia de libre mercado occidental.



Un tercio de la población somalí precisa ayuda humanitaria inmediata. 3,5 millones de personas están en una situación similar en Kenia y 3,2 millones en Etiopía.
La situación en el Cuerno de África es dramática. Unos 500.000 niños se encuentran en "inminente riesgo de muerte" por la malnutrición, que también afecta al 50% de los refugiados que huyen del conflicto y la sequía en Somalia. Son muchas las organizaciones que tienen proyectos y trabajan en esta región del mundo pero sin la implicación de la comunidad internacional sus esfuerzos resultan a menudo insuficientes.

Una sanidad sin copago ni derivaciones

La crisis y los recortes han colocado a la sanidad pública bajo una fuerte presión. Un grupo de médicos del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea han roto una lanza no solo por la sostenibilidad del sistema sino tambien por su desarrollo y han reclamado una "alianza global" entre políticos, profesionales y ciudadanía para lograr estos objetivos sin necesidad de realizar nuevos ajustes ni en personal ni en calidad.



El sistema es sostenible, bueno, y eficiente, y no solo por lo que gasta sino por los resultados que obtiene en salud. El copago no resuelve el problema económico, es una medida a corto plazo y encaminada únicamente a reducir el acceso del ciudadano al sistema a favor de la sanidad privada, más cara y sólo accesible a la clase más pudiente de la sociedad.

Una visita siempre inoportuna

El próximo mes de agosto el Papa Benedicto XVI visitará Madrid con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Esta visita, ha sido calificada de “Evento de interés social”, por lo tanto, igual que unos Juegos Olímpicos. Recibirá alrededor de 50 millones de euros por parte del Estado Español.


De estos 50, 25 son gracias al dinero público, por lo que un estado aconfesional como es España, dona gratuitamente tal cantidad de dinero proveniente de toda la sociedad. En la situación actual, donde cada vez se recortan más las prestaciones sociales, sueldos públicos, pensiones y prestaciones, no hay miramientos en conceder millones de euros para la visita del representante de la Iglesia católica.


El resto del presupuesto destinado al visita, 25 millones, será donado por distintas empresas españolas, entre ellas, Telefónica, El Banco Santander o El Corte Inglés. Estas donaciones al ser éste un evento “de interés social” obtendrán posteriores desgravaciones fiscales (que pueden llegar hasta el 80%). En resumen un robo de la iglesia a los ciudadan@s con el apoyo institucional, tristemente la historia se repite.

Dinero para la guerra

Para la guerra es fácil encontrar miles de millones. Ahora bien, son nuestros impuestos los que pagan estas armas y estas destrucciones, en beneficio de la industria de la muerte. ¿Es razonable convertir en humo cientos de miles de euros en cada misil o despilfarrar cincuenta mil euros por hora de un portaaviones? ¿O es porque la guerra es un buen negocio para algunos? Al mismo tiempo un niño se muere de hambre cada cinco segundos y el número de pobres no cesa de aumentar en nuestro planeta a pesar de tantas promesas.


Mientras en Españistán el apoyo al bombardeo, que masacra a la población civil Libia, nos cuesta 14 millardos mensuales, y luego hay que recortar de aquí y de allá, pero de que van estos políticos de pacotilla. Este tema de la guerra por la libertad que nos venden por un lado y luego en casa el recorte en nuestros derechos y libertades, me parece un insulto a la inteligencia de los ciudadanos.