LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


miércoles, 8 de marzo de 2017

Europa a la deriva



Fragmento del programa Radio Libertd Constituyente del día 7 de Marzo de 2017, con Antonio García-Trevijano. Escucha el programa completo aquí.

Contradicciones del progresismo, el multiculturalismo

 AITOR CÉSPEDES SUÁREZ

Actualmente, en Europa occidental, se reconocen como personas conscientemente progresistas aquéllas que comparten una serie de ideas y valores comunes. Entre éstas destaca una extraña sensación de internacionalismo que deriva fácilmente a un antipatriotismo que no incluye únicamente a la nación propia, sino a Europa en general, considerando al viejo continente como el responsable de la mayoría de los males que habita el mundo, un lugar despreciable que es necesario cambiar en diversos aspectos.
La ironía de esta visión se encuentra en el hecho de que es precisamente en Europa occidental donde se ha llegado más lejos en la mayoría de las propuestas progresistas. Derechos laborales y sociales jamás alcanzados (y siquiera imaginados) en el pasado se consiguieron en las últimas décadas del siglo XX y en todo lo que llevamos de siglo XXI.

Desde luego, todavía queda trabajo por hacer, pero lo cierto es que en tan sólo unas décadas se han cambiado varios esquemas mentales que llevaban reproduciéndose durante milenios en la historia humana, y esos, los esquemas mentales, son los más difíciles de transformar, por lo que la velocidad con la que se ha producido este cambio resulta asombrosa.

Cada vez se ve con mayor naturalidad a los homosexuales; la sociedad se encuentra cada vez más concienciada con los derechos de las mujeres, teniendo el feminismo un avance masivo de aceptación, y, aunque muchas de las personas que se declaran feministas no sepan muy bien a qué se refieren, este paso es decisivo e importantísimo; las tendencias animalistas y ecologistas están en aumento; los derechos laborales, pese a su retroceso durante estos años de crisis, siguen siendo percibidos de forma mayoritaria como algo sagrado; y exactamente lo mismo ocurre con la defensa de derechos considerados básicos, como son la educación y sanidad pública.

Resulta, por tanto, paradójica, otra de sus reclamaciones: fronteras blandas, cuando no abiertas. Los progresistas se sienten culpables por el hecho de que los países del llamado Tercer Mundo sean más pobres que los de la malvada Europa, o estén metidos en algún conflicto bélico. Independientemente de que su país tenga algo que ver o no con esta realidad, la manera en la que parecen querer redimirse por algo de lo que no son responsables, es reclamar unas fronteras blandas que permita la entrada de inmigración masiva, y la proclama de un multiculturalismo infantiloide e idealizado que percibe lo exótico como una novedad refrescante frente a la fría, aburrida e industrial Europa; y a un ilusorio crisol de culturas como el culmen de la libertad y el progreso frente al represor y fascistoide continente europeo. (Sigue)

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