"Sinceramente, espero que vaya a la cárcel, porque los islandeses lo necesitamos. Había señales de advertencia un año antes de que ocurriera y él no hizo nada", sentencia Hordur Torfason, el activista de 66 años que lideró el movimiento social que tras la crisis hizo caer al gobierno e inició un proceso constituyente, juzgando a los culpables de la crisis y redactando una nueva carta magna aún en proceso de aprobación. Estas protestas se encuentran entre las más grandes, poderosas e innovadoras de la historia de Islandia, basadas en las concentraciones con cacerolas y sartenes frente al Parlamento en el centro de Reykjavik como acto de protesta y la celebración de multitudinarias asambleas como acto propositivo de reconstrucción del país.
Fuente: Público
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