Caza Real

Es más que el rey de España, es el rey de la selva. El Jefe del Estado español merece un cargo nuevo: Juan Carlos I de Botsuana, país en el que el monarca impone su poder sobre el reino animal a punta de escopeta. Pero le ha salido el tiro por la culata.

Este fin de semana ha hecho por la república casi tanto como su yerno en los últimos meses, aunque ambos lo cobran caro, en euros o en animales. Pero es evidente que el rey trabaja por la caída de la monarquía. Literalmente. El rey escenificó este fin de semana la caída de la monarquía. Y encima lo hizo el Día de la República ni más ni menos, y en una república, Botsuana. No se le pueden pedir más gestos. Bueno, se le podría pedir que no mate elefantes a sangre fría y que no participe en safaris que rondan los 20.000 euros y a los que se desplaza en jets privados, mientras al pueblo al que dice representar le privan de casi todo y sufre una caza y captura por parte del mercado y los recortes gubernamentales. Pero de alguna forma tiene que luchar nuestro monarca contra el insomnio que le provoca el desempleo juvenil. Y él lo hace matando animales. Frente a los recortes, el rey coge la recortada. Nada mejor que la caza mayor para olvidarse de la cacería que sufre la mayoría.


Se ve que lo de la caza y las armas es cosa de familia. Primero descubrimos que su yerno, Iñaki Urdangarín, era un caza fortunas de primera. La semana pasada descubrimos que su nieto de 13 años se cazaba por error su propio pie utilizando un arma de fuego prohibida para un niño de su edad. El padre del muchacho, ex miembro de la familia, le proporcionó el rifle ilegal. Su abuelo fue el único miembro de la familia que no le visitó. Adivinan por qué: también estaba de caza. Más que Casa Real deberían llamarse “Caza Real” porque es a lo que dedican mucho tiempo. En esta noticia no tengo claro que es lo más lamentable: que el niño llevase un arma, que estuviese de caza, que su padre le empujase a saltarse la ley o que su abuelo no fuera a verle. No es que haya fallado como rey, es que ha fallado como abuelo. Si no abdica como monarca que lo haga como yayo, al menos, porque no da la talla.


Tampoco ha dado la talla como Jefe de Estado marchándose a matar animales indefensos al mismo tiempo que los indefensos ciudadanos de su país caen bajo la escopeta de los recortes como elefantes en una cacería. Y lo ha hecho sin contarle al gobierno adónde iba. A eso se le llama absentismo laboral. Encima, ahora va a estar 45 días de baja médica. No es por nada pero con la nueva reforma laboral, hay motivos para despedirle. Y ahora que ETA ha anunciado que lo deja, también sería buen momento para que la monarquía dejase las armas.
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Fuente: Javier Gallego para