LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


lunes, 27 de mayo de 2019

PSOE: federalismo asimétrico o forma cortés de secesionismo



"¡Qué m... de país!" es un programa de análisis filosófico que aborda algunas de las problemáticas históricas que dan forma a nuestro presente: España como sociedad política en crisis, ¿cómo, por qué y en beneficio de qué o de quiénes?. Este video pertenece al canal Fortunata y Jacinta, cuya creadora  es Paloma Pájaro. Puedes visitar su web o apoyar su canal aquí.

España de las Autonomías / España federal 

El proyecto de transformación de la España de las Autonomías en un Estado federal (no en una mera confederación de Estados) está pensado, acaso estratégicamente, como un cauce capaz de canalizar los impulsos “soberanistas” de las “nacionalidades históricas” (y las que se equiparen a ellas) que habían sido atajados (¿acaso no más bien fomentados?) por la Constitución de 1978 y, al mismo tiempo, para mantener la unidad de España como sujeto de Derecho Internacional Público. Pero, como hemos dicho, un Estado soberano no es compatible con los Estados soberanos dados “dentro del Estado”; los Estados federales  no son propiamente Estados: designan a otras entidades políticas que podrían ser denominadas, acaso con mayor propiedad, themas, al modo bizantino, o satrapías, o virreinatos o, simplemente, “miembros” del Estado “federal”.


La idea que muchos “federalistas” se hacen del Estado federal es antes una idea sociológica (que tiene que ver con el concepto de la “sociedad segmentaria” de Durkheim) que una idea política. La Constitución española de 1978 da pie, en efecto, para ver a España como una “sociedad segmentaria”, en la medida en que se subrayen los procesos de “fractalización”, según los cuales el Gobierno, Parlamento, y Tribunales Judiciales Centrales (sin contar con otras docenas y docenas de instituciones) se reproducen en los Gobiernos, Parlamentos y Tribunales Autonómicos (con sus docenas de instituciones también fractalizadas), que, a su vez, se reproducen de algún modo a escala municipal. Pero la unidad política de una sociedad segmentaria genuina es, en el límite, mínima, porque es de tipo distributivo-isológico, más que de tipo atributivo-sinalógico.

Ahora bien: la unidad política de un Estado federal es incompatible con la estructura de una sociedad segmentaria concreta o estricta, sencillamente porque las competencias e instituciones políticas y económicas propias del Estado (el Parlamento general, el Gobierno central, el Tribunal Supremo, y otras muchas instituciones, principalmente, el funcionariado, la Seguridad Social, el Ejército, o el Ministerio de Cultura Nacional) no pueden ser reproducidas segmentariamente sin destruir la unidad del Estado mismo. Lo que “se reproduce” en el llamado Estado federal no es tanto el Estado, sino un sistema de instituciones políticas, culturales, etc., propias de una sociedad segmentaria, pero que solo pueden subsistir en la sociedad política, no de un modo económicamente sostenible (salvo apoyos ad hoc de terceras potencias), sino de modo abstracto (como subsisten los precursores de los cloroplastos en la célula). Por ello, aun cuando el Estado federal (sobre todo si se establece desde el principio de la “simetría” de las relaciones entre sus partes formales) no ponga a España en peligro de “balcanización” tampoco satisfará la voluntad “soberanista” de algunos partidos políticos nacionalistas radicales.


No debe perderse de vista que los proyectos de un Estado federativo español, están promovidos en función de la eventual “balcanización” de España. Por parte de algunos (de la mayoría, sin duda), el proyecto federal está concebido como la mejor forma de salir al paso de “la balcanización”; pero, por parte otros, el proyecto será aprovechado como un “paso adelante” hacia la secesión, porque parecerá, en principio, que es más fácil saltar de la condición de Estado federado a la condición de Estado libre asociado y, ulteriormente, a la condición de Estado libre no asociado (a España), que pasar de la condición de Comunidad Autónoma a la de “Estado libre autodeterminado”. Esta contradicción derivaba de la incompatibilidad entre las corrientes opuestas, cuya confluencia determinó las intensas confrontaciones de los parlamentarios que redactaron la Constitución de 1978. 

NOTA: El texto anterior pertenece al diccionario de materialismo filosófico tal y como se entiende
el sistema filosófico que Gustavo Bueno (1924-2016) fue desarrollando de forma sistemática, sobre todo a partir de la publicación, en 1972, de Ensayos materialistas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario