LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


viernes, 8 de noviembre de 2013

Consejos de Cicerón para los buenos Gobernantes (2ª parte)

6. No hay que subir los impuestos
Salvo que sea excepcionalmente necesario. El propósito principal de un gobierno consiste en garantizar a los individuos la conservación de lo que les pertenece y no la redistribución de la riqueza. Pero también condena la concentración en manos de una minoría selecta. "Quien gobierne una nación debe encargarse de que cada uno conserve lo que es suyo y de que no disminuyan por obra del Estado los bienes de ningún ciudadano", señala.

7. La negociación es necesaria
En una época en la que el Partido Popular aplica su mayoría parlamentaria como un rodillo para negarse a negociar las leyes que regirán el destino del país conviene recordar vehementemente este consejo de Cicerón. En su opinión, la adopción de posturas inflexibles es una irresponsabilidad. Negarse siempre a transigir no significa fortaleza sino debilidad. "Cuando hay un grupo de personas que gobierna una república por el hecho de tener riquezas, abolengo o cualquier otra ventaja, cabe considerarlo una facción, aunque ellos se quieran llamar próceres", dice.

 8. Tener a los enemigos cerca
Escribe Cicerón que los dirigentes fracasan cuando subestiman a sus amigos y aliados. Por ello, recomienda al buen gobernante asegurarse de saber qué está haciendo el adversario. En su opinión, el orgullo y la terquedad no son lujos que el buen gobernante se pueda permitir. No es un mal consejo para aplicar en el caso Bárcenas.

9. El equilibrio de poderes

Un gobierno justo debe fundarse en un sistema de supervisión y equilibrio. Señala que hay recelar del dirigente que elude las leyes constitucionales so pretexto de la necesidad de conveniencia o seguridad. En este sentido aporta que hasta los monarcas más nobles se trocarán en tiranos si nada restringe su reinado. Cicerón advierte que no es difícil que de la virtud nazca el vicio y que "el rey degenere en déspota, la aristocracia, en facción, y la democracia, en turba y rebelión".


10. Leyes universales que gobiernan la conducta de los asuntos humanos
Cicerón creía en la existencia de leyes divinas, no sujetas al tiempo ni el espacio, que garantizan las libertades fundamentales de todos los seres y constriñen la conducta de los gobiernos. "La verdadera ley constituye, en efecto, una norma recta y congruente con la naturaleza, aplicable a todos, inmutable y perdurable, que nos lleva a cumplir nuestro deber con sus dictados y con sus prohibiciones nos aparta del mal".


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