LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


lunes, 4 de noviembre de 2013

Consejos de Cicerón para los buenos Gobernantes (1ª parte)

1. La corrupción destruye a la nación

El consejo no podía ser más apropiado para el tiempo actual. Para Cicerón, la corrupción se había convertido en un verdadero cáncer que devoraba el corazón del Estado. Para la historia quedará el discurso de Cicerón en el juicio contra Gayo Verres, antiguo gobernador de la isla de Sicilia cuya forma de gobierno se convirtió en paradigma del político depravado. En sus palabras, Cicerón demostró no sólo una lucha férrea contra la corrupción sino que prometió enfrentarse a todos aquellos que se atrevieran a defender al corrupto.

2. La inmigración fortalece a un país
Cuando se cumple un año de la expulsión del Sistema Nacional de Salud de cerca de un millón de inmigrantes irregulares, los consejos de Cicerón se hacen más valiosos que nunca. Roma pasó de ser un pueblecito a un imperio poderoso gracias a su política de acogida de nuevos ciudadanos a medida que se extendía por el Mediterráneo. Hasta los esclavos podían llegar a ser integrantes plenos de la sociedad y tener derecho a voto. Los ciudadanos nuevos aportan, a su juicio, nueva energía e ideas a las nación.

3. Jamás hay que empezar una guerra injusta
Esta máxima de Cicerón cobra especial importancia cuando se ha conocido el apoyo del Gobierno de Mariano a Estados Unidos en su intención de atacar Siria. "¿Cómo os sentís vosotros sabiendo que una sola orden ha bastado para causar en un día la matanza de miles de ciudadanos romanos? (...) Para que un conflicto sea justo es preciso anunciarlo y declararlo, y que tenga por fin la restitución del bien perdido", escribe.

4. La inteligencia no es mala
Para Cicerón los dirigentes de una nación deben ser los más perspicaces del país. Si los dirigentes no poseen un conocimiento meticuloso de aquello de lo que hablan, sus discursos no serán más que una mera cháchara de palabras vanas y sus actos estarán mal informados hasta extremos peligrosos. "Para elaborar un discurso no importa sólo la elección de las palabras, sino también su correcta disposición (...) la agudeza, el humor, la erudición propios de un hombre libre, así como la rapidez y la brevedad a la hora de responder o atacar, que siempre irán ligadas a un encanto sutil y a un claro refinamiento".

5. El gobernante debe poseer una integridad excepcional
Sobre este aspecto, Cicerón destacaba que el buen gobernante debe "destacar por su coraje, aptitud y su resolución". "En nuestra nutrida ciudadanía son multitud quienes aspiran a la revolución y a la caída del Estado por tener el castigo que se merecen las faltas que saben haber cometido", escribe. En su opinión presidir un país es como gobernar una nave, sobre todo cuando empiezan a soplar vientos de tempestad: si el capitán no es capaz de mantener un rumbo constante, la travesía se resolverá en desastre para cuantos viajan a bordo.

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