LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


martes, 28 de enero de 2020

Pujol: todo era mentira



Hoy entrevistamos a Josep Guixa que nos habla de un libro, Pujol: todo era mentira (1930-1962), que nos introduce en los polvos que han traído estos lodos del separatismo, y es Pujol un ejemplo de quien podría haber ayudado a unificar, pero al que sus intereses han llevado a abrir el camino más separatista.

Nuestro propósito ha sido desenmascarar a Pujol precisamente en cuanto se refiere a aquella época, la menos conocida de su vida –no le faltan motivos para esconderla, tal como veremos– y que resulta fundamental para hacerse una idea cabal del personaje y poder interpretar su actuación posterior. Es en sus años de infancia y de juventud donde están muchas de las claves para descifrar su existencia. Él mismo afirmó en relación a esta época que «este primer volumen [de sus memorias] explica cómo se fue creando una personalidad». Es la llave de paso a su pensamiento y acción política, pues, como dijo él mismo, «no se podría entender nada de mi quehacer político y social sin estos antecedentes». 


Los periodistas Josep Guixà y Manuel Trallero han indagado durante más cinco años los antecedentes familiares, infancia y juventud de Jordi Pujol. Su investigación sobre un periodo clave para la formación de la personalidad del expresident de la Generalitat, depara resultados asombrosos. Una tras otra, como fichas de dominó, van cayendo todas las falsedades y leyendas con que Pujol construyó su mito y alcanzó el poder. A partir de este libro, el ex molt honorable no podrá volver a repetir con displicencia, como hizo en una de sus comparecencias en el Parlamento de Cataluña, por la falta de información de los diputados, «dicen, que dicen, que dicen...». La conclusión solo puede ser una: alguien con el infinito desprecio de Pujol por la verdad ni puede ser un demócrata ni puede creer en la democracia. 

 
 

Una rúbrica inesperada a una vida irrepetible, la de un político e historiador vocacional que logró inventarse su biografía.

 

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