Vodevil político

Decir que en España hay democracia, como cacarean todo el día en los medios de desinformación y los políticos de tres al cuarto, resulta perverso e inmoral pues pervierte la palabra y produce confusión en los gobernados, que unida a la ignorancia de éstos sobre la democracia, deja mano ancha para que la oligarquía partidista la pervierta como le plazca. 

El sistema electoral, no se trata de que sea más o menos justo, como dice algún que otro jefecillo de partido, sino de lo que trata la democracia es que sea representativa del elector. No proporcional, como sucede ahora, pues sólo representa al jefe del partido, que será embestido proporcionalmente al número de diputados que el puso en la lista. Es un sistema oligárquico, sin representación y sin elección directa del votante, con partidos incrustados en el Estado; una oligarquía de partidos en el Estado es una dictadura de partidos se mire como se mire. 

Otro requisito para que haya democracia es la separación de poderes en origen, una elección para el poder legislativo y otra elección para el ejecutivo, para que un poder frene a otro poder y el ciudadano pueda dormir tranquilo. Una oligarquía de partidos, sin separación de poderes, es necesariamente autoritaria, y nunca será democrática. Desgraciadamente para todos, en España los poderes del Estado, legislativo y ejecutivo, derivan de una misma  votación que no separa los poderes.

En España hay una traición a la democracia desde el consenso de la transición, al convertir los partidos en elementos estatales y darles en la constitución de 1978 el oligopolio de la acción política, quedando ya sepultada bajo esta fachada la libertad política y la democracia.
 
En estos momentos, en que las facciones estatales de los partidos no alcanzan la mayoría que los legitime en su legalidad partidista sin representación, se produce una crisis en su Estado de partidos, donde no queda nada que repartir, salvo su miserable desfachatez en una comedia teatral basada en ocultar la realidad oligárquica de la vida política y social en la partitocracia.