Tenemos que utilizar todos los medios disponibles para que los medios de comunicación funcionen con un modelo de compromiso social, que promuevan la responsabilidad mutua, el diálogo y nos ayuden a tomar conciencia de nuestra interdependencia. Así como las redes sociales han sido el vehículo mediante el cual se ha difundido todos los movimientos de protesta y movilización ciudadana alrededor del mundo, siendo el medio ideal para ir creando una mentalidad social, recíproca y solidaria. Como dice el sociólogo Nicholas A. Christakis: "La vida es mejor gracias a nuestras relaciones", entonces mejoraremos las relaciones entre nosotros. Esta es la base para que mejore nuestra economía, que a su vez corregirá las brechas sociales y arreglará, o por lo menos paliará, los múltiples problemas de nuestra sociedad. "Todos vamos en el mismo barco", y me refiero a la inmensa mayoría de la población trabajadora del mundo, honestas y buenas personas que entienden que un mundo mejor es posible. Por lo tanto, tomemos conciencia de que en la realidad mundualizada, sólo una estructura que considere igual de importante el bienestar y la felicidad de tod@s las personas que habitamos este planeta Tierra, podrá se sostenible y próspera. Es por ello que deberíamos medir la prosperidad y el desarrollo de una sociedad, no con el producto interior bruto (PIB) del país, sino con el (FIB) o felicidad interior bruta.
Un caso atípico es el de Bután; este pequeño país entre India y China ha hecho de la reivindicación de la felicidad su bandera. Con esas máximas no solo ha cambiado el PIB por el FIB (Felicidad Interna Bruta), sino que han exportado el término a todo el mundo. De momento, este compromiso con su pueblo ha situado en el mapa al pequeño país y lo ha convertido en primera potencia… de felicidad.
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