Estamos sumergidos en una farsa global. A la vez que los problemas están desbordando al mundo, también están afectando profundamente a nuestras vidas cotidianas, y el futuro se vuelve incierto por momentos. El colapso de la economía, el desgaste interno de los partidos y maniobras políticas, la epidemia de disturbios en todo el mundo, el incesante terrorismo, las escandalosas y crecientes cifras de desempleo, la desesperanza de los jóvenes y las guerras indefinidas- todo esto requiere que centremos nuestra atención y que empecemos a reflexionar sobre nosotros mismos para intentar comprender lo que nos está sucediendo y cómo sobrevivir en el nuevo mundo emergente- que en estos momentos está en un estado de urgencia.
Somos "globales" en el aspecto financiero, económico, social y emocional. Nos influenciamos unos a otros con tal intensidad que vemos cómo una protesta iniciada en un extremo del mundo se extiende a todo el resto a través de las fibras de la red de conexión mundial (www).
No podemos seguir con el autoengaño de una falsa sensación de seguridad manteniendo alzadas entre nosotros las barreras de la indiferencia. Ya estamos preparados para reconocer lo que es necesario cambiar y responder a las necesidades que el momento histórico nos demanda. En palabras de Joseph Stiglitz, "La crisis económica nos presenta una oportunidad única para afrontar el cambio".
Como una sola civilización, con nuestras diferencias y peculiaridades, debemos afrontar la situación: el futuro de la especie humana requiere la cooperación y compromiso de todos sus miembros. La realidad nos está exigiendo que declaremos nuestra INTERDEPENDENCIA y RESPONSABILIDAD MUTUA.
Fuente video: melvecs
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