LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


viernes, 15 de marzo de 2013

Neoliberalismo, el nuevo fascismo

Casi es más despreciable el neoliberalismo que el fascismo, porque este último al menos va de cara.
Se trata de una doctrina no reconocida por aquellos mismos que la siguen, considerándose simplemente liberales porque dicen que no existe diferencia, siendo esto clara y rotundamente falso. Los liberales clásicos aceptaban la crítica y los diferentes puntos de vista sobre la realidad, no enfocaban su doctrina como un dogma incostestable con tratamiento de ciencia exacta. Los neoliberales surgidos en Chicago al calor del éxito del estado del bienestar europeo, toman su ideología como si fuese la única realizable, desechando todo lo demás considerándolas falacias o simple subjetividad infantil plagada de medias verdades. El
neoliberalismo es ciencia y es sentido común, nos dicen, imponiéndola como teoría académica en la ciencia económica en su conjunto. Posmodernismo en estado puro, salvo con su teoría económica, eso no lo toques que es pura verdad.

El neoliberal acepta la utilización de un estado dictatorial al estilo Pinochet, y del resto de Iberoamérica, como arma para liberalizar la economía totalmente y ya después adquirir con el "devenir de los acontecimientos" la libertad civil. Oseasé, aceptan la imposición de un estado autárquico con total control de la economía mientras este frene las doctrinas que considera "enemigas de la libertad", como el socialismo, con el fin de aplicar su supuesta "libertad individual económica" en un futuro. Un liberal clásico jamás aceptaría semejante aberración para su doctrina, pues precisamente desde la propia libertad del ciudadano se supone que emanarían el resto de libertades y nunca al revés. Los neoliberales aceptan la tiranía mientras sirva a sus fines y un liberal clásico jamás lo haría.

La doctrina neoliberal hace uso desde el tratado de Bretton Woods en 1944, en claro control norteamericano anulando la propuesta de Keynes, de todos los entes supranacionales que se crearon en este momento crucial donde se establecio el patrón dolar como eje financiero del Nuevo Orden Económico
Internacional (NOEI). El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial de Comercio y muchos otros, son utilizados con el único fin de extender esta doctrina entre todo estado que necesite "financiación para equilibrar su balanza de pagos". Si no la necesita, pues ya se encargarán ellos de que la necesite. Todo país que ose salirse de los dictámenes de estos organismos supranacionales ha sido, es y será tachado de totalitario y difamado hasta la saciedad por la opinión pública, ya que se sale del "sentido común de la ciencia económica" y está destinando su nación al fracaso.

 Un liberal clásico despreciaría no ya una intervención estatal en la economía, sino una intervención supraestatal de la misma. La libertad de mercado la defendería a muerte, no como el neoliberal que solo lo hace si sirve a sus fines como defensa del oligopolio del capital internacional. Sumando la doctrina del shock, las contradicciones entre liberalizar la economía y la democracia, la negación de toda macroeconomía teórica, la tergiversación de la teoría de explotación, negar que la acumulación de capital trae obvios fallos de mercado y que esta misma acumulación es el cáncer para la propia libertad económica que dicen defender; ambas doctrinas están profundamente erradas. Al menos la clásica busca con coherencia sus fines de egoismo privado como catalizador de un idealista bienestar de la sociedad, siendo la segunda una aberración digna de la mayor pesadilla de la libertad en si misma, y los que la imponen lo saben perfectamente.

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