LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


miércoles, 16 de enero de 2013

La economía sagrada: La Era de la Transición (1ª parte)

Si hay algo sagrado en este mundo, seguramente no es el dinero.  El dinero parece ser el enemigo de nuestros mejores instintos, algo que se nos vuelve muy claro cada vez que un impulso hacia la generosidad y la gentileza es bloqueado por la idea de “no me alcanza.”  El dinero parece ser enemigo de la belleza, como lo demuestra el peyorativo “vendido.”  El dinero parece ser enemigo de toda valiosa reforma social o política a medida que el poder corporativo maneja legislaciones hacia el incremento de sus ganancias.  El dinero parece estar destruyendo la tierra, a medida que saqueamos oceanos, bosques, suelos, y especies para alimentar una avaricia que no conoce límite.
Desde por lo menos la vez que Jesus sacó a los cambiadores de moneda del templo, hemos sentido que hay algo impuro en el dinero.  Cuando los políticos buscan dinero por encima del bien común los llamamos corruptos.  Adjetivos como “sucio” e “inmundo” naturalmente describen al dinero por lo que se espera que los monjes tengan poco que ver con él: “No podéis servir a Dios y al dinero.”
 Al mismo tiempo, es innegable que el dinero tiene una cualidad misteriosa y mágica tambien, el poder de alterar el comportamiento, y coordinar la actividad humana.  Desde tiempos antiguos los pensadores se han maravillado con la habilidad que tiene una simple marca de conferir este poder a un disco metálico o un pedazo de papel.  Lamentablemente, si vemos a nuestro alrededor, es difícil no concluir que la magia del dinero es una magia malvada.



Por supuesto, si vamos a convertir el dinero en algo sagrado, nada menos que una revolución del orden mayor bastará, una transformación de su naturaleza esencial.  No sólo son nuestras actitudes acerca del dinero que deberán cambiar, mas bien deberemos crear nuevos tipos de dinero que encarnen y refuercen las actitudes cambiadas. Economía Sagrada describe este nuevo dinero y la nueva economía que se consolidará a su alrededor. También explora la metamorfosis de identidad humana que es tanto causa como resultado de la transformación del dinero.  Las actitudes cambiadas que menciono llegan al corazón de lo que es ser humano: incluyen nuestra comprensión del propósito de la vida, el papel que desempeña la humanidad en el planeta, la relación del individuo a la comunidad humana y natural; hasta lo que és ser un individuo, un ser.
Es sumamente irónico y de gran significancia que la única cosa en el planeta que más se aproxima al predominante concepto de lo divino es el dinero.  Es una fuerza inmortal e invisible que rodea y conduce todo, omnipotente y sin límites, una “mano invisible” que, como se dice, hace girar al mundo.
 Pero el dinero actualmente es una abstracción, cuando mucho: símbolos sobre papel, pero usualmente dígitos binarios en un ordenador.  Existe en una dimensión remota y lejana del mundo material. Allí está exento de las leyes mas importantes de la naturaleza, ya que no decae ni vuelve al suelo como todo lo demás, se conserva más bien, incambiable, en sus bóvedas y archivos digitales, hasta creciendo con el tiempo gracias al interés.  Tiene las propiedades de preservación eterna e incremento sin fin, ambas cosas profundamente no naturales.  La sustancia natural que más se le asemeja es el oro; inoxidable, no se corrompe ni decae.  Por esto se usó el oro como dinero, y como símbolo del alma divina, que es incorrompible e incambiante.
Esa propiedad divina de abstracción que tiene el dinero, su desconección del mundo de cosas verdaderas, alcanzó su extremo en los primeros años de el siglo XXI cuando la economía financiera perdió su anclaje en la economía real y tomó vida propia.  Las vastas fortunas de Wall Street se desconectaron de cualquier producción material, pareciendo existir en una realidad aparte.

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