El futuro de la Unión Europea: peligros y desafíos

El Interamerican Institute for Democracy  invitó a César Vidal a su sede en Miami el día 28 de agosto para impartir una conferencia, cuyo título fue "El futuro de la Unión Europea: peligros y desafíos".

Hemos pasado de una época dorada en la que con el sueldo de un padre de familia se sacaba adelante a cuatro o cinco personas, se les vestía, se les alimentaba, se les daba estudios, se podían permitir unas vacaciones anuales y un coche funcional, y hemos entrado en otra en la que, con una moneda única, comunitaria fuerte, supranacional, los ciudadanos del sur de Europa contemplan con sorpresa y humillación cómo sus gobernantes se han convertido en marionetas de poderes extranjeros que imponen los ajustes más duros y las reformas más agresivas, multiplicando la inseguridad laboral y las condiciones laborales, las cuales no permiten con un sueldo llegar a fin de mes, y menos permitirse tener muchos hijos.

La contradición está en los mismos Estados que dejan desamparados a sus ciudadanos contribuyentes, que pagan religiosamente sus impuestos, mientras éstos dirigen continuamente medidas sociales para atender las necesidades de inmigrantes de origen desconocido o, en el mejor de los casos, por determinar, a los que se apoya económicamente, se subvenciona, se les da techo, comida y sueldo, garantías sanitarias y sociales, todo ello con el dinero de los nacionales; así como respaldo institucional para su incorporación a una sociedad que, extrañamente no se puede sostener a sí misma.

La justificación a tamaña felonía, repetida hasta la naúsea por los políticos y repercutida a través de los medios de comunicación masivos, es que las naciones desarrolladas necesitan mano de obra inmigrante e invertir la curva negativa de natalidad para no desaparecer, mientras a éstas se les niegan ayudas a las familias para que puedan desarrollarse y ampliarse.
 

Mientras los diferentes gobiernos amplian las leyes del aborto para los europeos, haciendo que las menores puedan abortar sin el conocimiento de los padres. Lo que están aplicando es una directriz de ideología de género que se citan en los tratados del comité de DD.HH. de Naciones Unidas que habían establecido en Ginebra en 2001: "Hay que eliminar de las legislaciones nacionales toda referencia a los derechos y deberes de los padres en materia de educación, reproducción y sexualidad del menor".

Lo que está claro, en mi opinión, es que se está produciendo en Europa una sustitución silenciosa y silenciada, de una población europea culta, con unas normas éticas y morales tradicionales, una religión mayoritariamente cristiana; por otra que trae consigo una religión, una ética o moral que no pueden ser más anacrónicas y contrarias a las seculares normas de convivencia europeas.