LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


lunes, 17 de diciembre de 2012

La paz social en la economía actual

La paz interior y la paz entre los pueblos tienen un origen común, sus causas originales son idénticas. Entre dos estados que son realmente sanos interiormente, vale decir que gozan de una verdadera paz civil, no puede producirse una guerra, del mismo modo como no es posible que una paz verdadera pueda prosperar entre dos países, mientras en ellos se agite la lucha de clases. Quien entonces desee la paz entre los pueblos, debe saber que únicamente podrá hallarla en el altar de la paz civil. La paz civil o social es el germen que engendra la paz de los pueblos. Luego, todo lo que deba sacrificarse en bien de la paz interior, corresponde también íntegramente al ara de la paz internacional. Más aún, la situación es tal, que ni nos tendremos que ocupar más de la paz internacional, una vez que hayamos sacrificado por la paz interior todo cuanto deba ineludiblemente sacrificársele.

Ya al comienzo de la presente guerra internacional, hombres perspicaces predijeron que degeneraría en una guerra civil general y hallaría en ella su terminación. Puede ser que así sea, pero la expresión "degenerar“ no es la que corresponde en este caso. No es la guerra entre naciones la que degenera en guerra civil, sino que, a la inversa, es la guerra civil, llamada también lucha de clases, la que socava las entrañas de todos los pueblos civilizados, y que siendo cohibida por medios violentos busca un desahogo en la guerra internacional, es decir "degenera“. La guerra internacional es, pues, una manifestación que acompaña, como fenómeno secundario de la división del pueblo en clases, de la lucha existente de esas clases entre sí, a la guerra económica civil.

El origen del estado de guerra civil imperante en todas las naciones civilizadas es de naturaleza económica.
La división en clases de los pueblos civilizados, que fatalmente se produce por la organización humana antinatural es, por sus efectos, similar al estado de beligerancia. Al final de cuentas, las guerras y cacerías de esclavos de épocas pasadas nunca tuvieron otro objeto que el de producir por la fuerza exactamente el mismo estado de cosas que hoy admiramos bajo el nombre de "orden civil“, o sea la creación de una clase especial de trabajadores sobre la cual la clase dominante puede descargar todas las penurias de la vida. Esta división del pueblo en rentistas y burros de carga es antinatural y en consecuencia sólo puede ser mantenida por procedimientos violentos, tanto físicos como morales. Pero ante la violencia reacciona la violencia; ella significa la guerra. Si la economía está en orden, la paz también está asegurada.

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