LIBERTAD CONSTITUYENTE
!YA!


Mientras no exista REPRESENTACIÓN ni SEPARACIÓN DE PODERES, los partidos políticos controlarán la nación española. El Pacto y el consenso es el enemigo número uno de la libertad política.

Porque la libertad no se otorga ni adviene, se conquista. MCRC por la República Constitucional.


lunes, 23 de julio de 2012

La lucha de la clase obrera: hoy más que nunca

El esquema en el trabajo para la nueva generación es "entrada difícil y salida rápida". La gran masa de jóvenes son hoy empleados temporales con contratos a corto plazo, de salario mínimo o por debajo de él en la mayoría de los casos. Su entrada en el mercado de trabajo bajo el régimen neoliberal es probablemente su diferencia más importante con sus padres. Éstos entraron en el mercado laboral durante el tardofranquismo, una época de empleo en expansión, donde el grueso de los empleos
eran fijos y los aumentos de sueldo sustanciales estaban a la orden del día. . Los bastante "afortunados" como para conseguir un empleo son, en su aplastante mayoría, trabajadores temporales, la mayor parte de los cuales serán "rotados": renovados o despedidos, pero raramente convertidos en trabajadores fijos. A diferencia de sus padres, los jóvenes trabajadores temporales temen perder su empleo, meterse en sindicatos, y compiten con los otros eventuales.

A pesar del salario de miseria y las terribles condiciones de trabajo, estos trabajadores expresan "pánico" ante la idea de "verse en la calle", porque piensan que pasarán una época muy difícil encontrando un nuevo empleo. Tal como un trabajador expresaba: "El miedo al despido del empresario es hoy peor que la represión bajo Franco". Es una verdad profunda que durante el periodo franquista los trabajadores se hallaban en una condición colectiva común, unificada por una ideología política y "de clase" común. La dictadura, aunque represiva, solía afectar a un pequeño número de trabajadores y las víctimas eran con frecuencia reintegradas en su puesto, o al menos tenían el apoyo de toda la fábrica. Los jóvenes trabajadores temporales de hoy no tienen seguridad en el empleo, y apenas organizaciones colectivas o apoyo: están atomizados y son vulnerables a los dictados del empresario, que tiene el sostén legal del Estado, el cual apoya sus arbitrarias acciones. Hoy la dictadura del mercado es un enemigo más formidable de los trabajadores temporales que el régimen represivo de Franco, con su mano de obra estable y su mercado laboral en expansión. Pocos trabajadores temporales expresan sentimientos de solidaridad con sus colegas. Entre los eventuales hay un sentido de competencia y desconfianza, condicionado por las escasas posibilidades de un empleo "permanente".


Con esta mezcla de miedo, desconfianza, inseguridad y competencia entre los trabajadores para asegurarse un puesto en regimen de esclavitud, que favorece a los grandes empresaurios, -todo esta estructura de mercado laboral neoliberal, -mercadocracia-, abonada y construida por políticos que legislaban leyes en contra del pueblo, al que en apariencia servian, -y sólo en apariencia, en su forma de dictadocracia-, es la que nos lleva a la esclavitud laboral que ahora padecen nuestros jóvenes y que sufriran nuestros hijos si no damos la vuelta al asunto y nos apoderamos de los medios de producción, ahora en manos de los grandes corporaciones esclavistas.

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