Las entidades participantes en el sistema financiero (fondos de inversión, fondos de pensiones, bancos, cajas, cooperativas de crédito, etc.) pueden ser, como cualquier entidad económica, tanto de naturaleza pública como de naturaleza privada. En el caso de ser entidades privadas significa que la gestión queda en mano de directivos que a su vez responden ante accionistas privados. En el caso de ser entidades públicas significa que la gestión queda en mano de directivos que a su vez responden ante accionistas públicos -el Estado-. Decir lo anterior parece una tontería, pero es muy importante.

Los propietarios de cualquier empresa (los accionistas en el caso de las grandes entidades) son los que mandan. Son los que deciden quién dirige la empresa (ponen y quitan a los directivos) y son quienes presionan para que la rentabilidad sea mayor o menor (de modo que condicionan las políticas estratégicas de las entidades). En el caso de entidades privadas la designación de la junta directiva se toma por la vía de la correlación de fuerza en la junta de accionistas. Si una gran fortuna tiene el 90% de las acciones de un banco privado, por ejemplo, es obvio que decidirá sin problemas quién es el presidente y la mayoría de consejeros. En el caso público, sin embargo, esas decisiones se toman a partir de criterios políticos que hay que definir. Y hay muchos tipos de criterios diferentes. Voy a poner tres ejemplos posibles. Sigue aquí...
Fuente: pijus economicus
no falta dinero, sobran los ladrones!!!!
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