
Como después del 11-S, según cita Naomi Klein en su libro "la doctrina del shock" los think tank neoliberales de la administración Bush aprovechando el momento en que la sociedad estadounidense se encontraba en estado de shock por la pérdida de familiares, amigos y compatriotas, no tardaron en escribir nuevas y hermosas palabras sobre el tapiz receptivo de nuestra conciencia postraumática: «choque de civilizaciones», «Eje del mal», «fascismo islámico», o «seguridad nacional».
Así Mariano Rajoy, -con su corte de ministros lacayos neocons y la inestimable ayuda de los medios de manipulación del poder,- tratan de grabar en el subsconsciente colectivo del españolito de a pie que: "los sacrificios son necesarios", "que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", "que no hay alternativas", "o que hay que reducir salarios para ser competitivos", y una retaila de mentiras de nuevo cuño.

Gracias al capitalismo del desastre propiciado por la desregulación y avaricia de los mercados financieros especulativos, que nos han transferido descaradamente sus pérdidas o "bajadas" de benefícios, dando lugar a una crisis soberana de deuda cuando en realidad es una enorme crisis del sistema financiero. Las sociedad Española, en este caso, en estado de shock por la estafa creada de los poderes financieros, ayudados de gobiernos intervenidos en manos de tecnócratas neoliberales, -banqueros de Goldman Sachs, el mayor banco de inversión-, o chantajeados por los "mercados", llamese banca, grandes corporaciones y fondos de inversión encuentran terreno propicio para campar a sus anchas desarrollando un ataque general contra el patrimonio público, como viene sucediendo en Grecia.
Así funciona el Gobierno de Mariano Rajoy induciendo a la población a un estado de schock másivo para que renuncien a valores en Sanidad, Educación, Protección social y Derechos constitucionales, sacrificando el Estado de Bienestar. Pero lo que me resulta más penoso y sangrante es el futuro que dejaremos a nuestros hijos y nietos condenándolos a la esclavitud que imponen los mercados financieros similares a régimenes dictatoriales, pues nosotros no supimos contrarrestar y hacer una frontal oposición en el momento adecuado.
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