La ajustada victoria de Obama en los
EE.UU. no es más que la esperada y aplastante victoria del capitalismo y
el imperialismo. Por mucho que nos hayan querido vender que había algo
en juego si ganaba un candidato u otro, lo cierto es que la oligarquía
estadounidense estaba de lo más tranquila, porque sabía que iba a ganar
de cualquier forma.
Y es que el sistema bipartidista en
EE.UU. está tan bien montado que ni tan siquiera existe un resquicio
democrático por el cual pueda presentarse y ganar una alternativa al
sistema capitalista. Por lo tanto, cualquier expectativa que progres y
socialdemócratas hayan puesto en Obama no es más que una mera ilusión.
Lo peor de todo es que aún sabiendo
esto, picamos el anzuelo como pardillos. No deja de ser irónico que
quienes nos consideramos “indignados” critiquemos el bipartidismo
existente en España, pero que luego, sin solución de continuidad,
celebremos la victoria de Obama como si realmente significase alguna
diferencia sustancial. Mucho me temo que habrá bastante gente pique
igual cuando toquen generales aquí, y para desbancar al PP voten PSOE
como “lo menos malo”, olvidando que son quienes comenzaron los recortes
en derechos laborales y sociales -entre otras muchas tropelías-. Ese es
el triunfo del sistema.
No quiero pecar de simplista, desde
luego existen matices entre Obama y Romey, al igual que los hay entre el
PSOE y el PP. Pero en lo esencial la política de ambos es la misma, y
la clase dominante no se ve amenazada mientras gobierne cualquiera de
los dos. Así funciona el bipartidismo, y desde luego que funciona muy
bien a la vista de las celebraciones de hoy por la victoria de Obama.
Fuente: otroslopez.es
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