"La mejor manera de robar un banco es ser su dueño", el título de este texto se basa en el de un libro de William Black del año 2005. Black lo eligió porque se trata de una frase literal pronunciada por un
regulador bancario norteamericano. Da a entender que
la estrategia del dirigente de un banco puede consistir en transferir
los activos del mismo a su propio patrimonio. Y que él es quien está en
mejores condiciones para hacer eso, es decir, robarlo. Una vista parcial
del libro citado puede conseguirse a través de Google Books. Otros
trabajos de Black pueden encontrarse también en Internet. Los diversos
informes y declaraciones realizados tras la crisis de 2008 tienen
especial actualidad. William K. Black es un criminólogo norteamericano especializado
en delitos de cuello blanco. Es profesor en la universidad de
Missouri-Kansas City. Pero no es sólo un teórico. Es sobre todo una
persona que ha luchado contra el fraude empresarial y la corrupción
desde sus diversos puestos en organismos reguladores y participando en
numerosos procesos judiciales.
El concepto central de la teoría de Black es el de “Control Fraud”. Es
una noción que utiliza en todos sus análisis. El término “Control Fraud”
se podría traducir literalmente por “fraude de control”. Esa expresión
se refiere tanto al delito como a la persona que lo realiza. Es un
fraude que anula la eficacia de los mecanismos de control tanto internos
como externos a la empresa. Es también un fraude que se realiza desde
un puesto directivo. Es, por tanto, un fraude del control y un fraude desde
el control. La posición privilegiada para llevar a cabo este tipo de
delitos es la que en Estados Unidos se denomina CEO (Chief Executive
Officer), que se podría corresponder en España con la de consejero
delegado o la de director general, según los casos.
El objetivo del "fraude del control" es el saqueo de la empresa. Se
trata de trasferir los activos de la empresa a los bolsillos de quien
realiza el fraude. El fraude lleva necesariamente a la quiebra de la
empresa. Pues su mecanismo genera y profundiza la insolvencia de la
misma. La idea de que la quiebra de la empresa sea el objetivo
perseguido o, al menos, una consecuencia inevitable de la estrategia
desarrollada me parece extraordinariamente interesante. Yo creía que la
crisis de 2008 se había producido porque los directivos tenían
incentivos para asumir riesgos excesivos para obtener grandes beneficios
personales a corto plazo. El planteamiento de Black pone de manifiesto
que, además de eso, los consejeros delegados podían también estar
estafando a su propia empresa. De hecho, según Black el “fraude del
control” ha estado presente en todas las crisis financieras habidas en
Estados Unidos desde los años ochenta hasta la debacle de 2008. Es un
factor central para explicar la crisis de los bancos comerciales en la
era Reagan, el fenómeno de las hipotecas basura y la burbuja
inmobiliaria o la diseminación de los bonos tóxicos.
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