La deuda pública,
creada por las élites políticas y financieras —los amigotes de siempre—
es un mecanismo que gusta de la discreción y se cría en la opacidad. Es
prima de la corrupción, pues se aprovecha de la poca transparencia de
la Administración y saca partido de lo que es patrimonio de toda la
ciudadanía. Luchar contra ella es luchar por la protección de nuestros
derechos como sociedad y nuestra libertad como pueblo, ya que a través
de la deuda se consigue, y se ha conseguido, esclavizar a poblaciones
enteras.Pero para librarse de la deuda ilegítima, aquella que fue adquirida y
es pagada a espaldas de la ciudadanía y contra sus derechos, hay que
analizarla, esto es, hacer una auditoría. Para ello, primero hay que
encontrar y cuantificar la deuda en un entramado burocrático habitual y
expresamente complejo. Luego entender sus mecanismos y dimensiones, pues
muchas veces van acompañadas de amiguismos, corruptelas, despilfarro e
intereses en red y, finalmente, decidir si esa deuda es legítima o no.
Estos cuatro pasos son las partes de lo que desde la Plataforma
consideramos que es una Auditoría de la Deuda y que es el instrumento
que debemos utilizar a la hora de considerar la deuda como problema
colectivo a resolver.
¿Por qué no debemos pagar la deuda?, a cargo de Carlos Sánchez Mato.
Se han
gastado - de nuestro dinero - el equivalente a 12 años de pensiones para
dar liquidez a las entidades financieras. Se han gastado 50 veces el
equivalente al dinero usado en el paro durante un año. Y no servirá para
nada porque el problema de las entidades financieras es de solvencia y
no de liquidez. Min. 2.33
"Solo cuando los pueblos
conocen la verdad pueden reclamar sus derechos y oponerse con fuerza a las
medidas de austeridad y a la carga insostenible de la deuda".
Más información: Las masivas ayudas de los bancos centrales a los bancos privados, por Eric Toussaint
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