Subvención: acción de auxilio de alguien o acudir a las necesidades de
algo. Esa es la definición de la Real Academia de la Lengua que en
España está cada vez más pervertida. Bajo el paraguas de ayudar a
sectores estratégicos o fuentes económicos que necesitan un impulso, se
escapan miles de millones de euros a grandes empresas que tienes
enormes beneficios, a fundaciones ligadas a partidos políticos, a los
propios partidos, a sindicatos y a un largo etcétera que incluye el
alcohol en el Congreso de los Diputados y en el Estado Mayor de la
Defensa o dinero para ir de peregrinación a Lourdes.
El modelo de subvenciones hace aguas por todos lados ante una falta de
control evidente. Asexor, una de las asesorías más importantes de
España, calcula que al año la administración pública en España destina
12.000 millones de euros en subvenciones. A eso se le suman unos 90.000
millones más de la Unión Europea (UE). Dinero de impuestos de
todos los ciudadanos que en muchos casos no llega a donde debe. Casos de
corrupción como los EREs de Andalucía que implica a los grandes
sindicatos, están a la orden del día.
Punto de Mira pone el foco
en este terreno opaco y pantanoso. ¿Quién recibe las subvenciones, cómo
las recibe, qué control existe y si este funciona?
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