Quienes se oponen al sistema capitalista sostienen que debe terminarse con él. El sistema capitalista es la causa de todas las injusticias y para terminar con ellas solo basta abolirlo.
Sin embargo, el problema central del sistema capitalista es el de la ilimitada capacidad de acumular capital. Que los hombres compitan entre sí y quieran distinguirse no es un problema, el problema surge cuando la competencia deja de ser entre hombres y se enfrentan imperios ficticios, creados por la legalidad del hombre y por tanto suprimibles por esa misma legalidad. Las personas jurídicas con fines de lucro pueden acumular capital indefinidamente ya que no se mueren. Al igual como ocurría antes del sistema capitalista en que la riqueza de los reyes se mantenía gracias a que sólo el primogénito heredaba, la persona jurídica al no tener que dividir su riqueza crece sin tener más limitaciones que las fronteras del sistema que la contiene. El gigantismo de las personas jurídicas genera al menos los siguientes problemas:
1. Transforma a las empresas en burocracias, tan ineficientes y lentas en sus reflejos como los criticados socialismos reales.
2. Imperan sólo por su tamaño, hacen que la economía se adapte a ellas en vez que ellas adaptarse a la economía. Subsisten en el mercado sólo por su poder de negociación no por que sean las más exitosas en los emprendimientos.
3. Su voracidad intrínseca las hace devorarse a todas las empresas menores, haciéndose más grande, más burocrática, más lenta y más ineficiente, con un mayor poder de negociación y voracidad.
4. La maximización de las utilidades, propósito constitucional de las personas jurídicas con fines de lucro, tiene como consecuencia que ni su finalidad, ni la de sus directores, sea la de dar más y mejor empleo, respetar al ecosistema, o procurar que la economía o que el modelo social sea sustentable.
Otro gran defecto de nuestro sistema es la capacidad de apropiarse de bienes que les son comunes a todos. Bienes que en teoría nos pertenecen a todos pero que son explotados por quienes primero llegan a ocuparlos. El resultado es la industria de la ocupación de estos bienes que lucra, sin necesidad de haber inventado nada, y con muy poco trabajo propio, de bienes que no van a poder ser aprovechados por nadie más, esta industria se compone por las siguientes áreas:
La pesca industrial, la minería y los concesionarios industriales de agua dulce, junto con las industrias que buscan especies vegetales y luego las patentan. La ley les permite patentar como propias a especies vegetales que han evolucionado durante millones de años.
Además la ley permite que se acapare la propiedad. La propiedad es entendida como un derecho absoluto y arbitrario sobre las cosas y eso permite que se pueda ser dueño de vastos terrenos y tenerlos improductivos. Privando a las demás personas de un bien sin que ello le irrogue ningún beneficio.
Los desarrollos intelectuales que son producidos en una sociedad y gracias al producto intelectual acumulado durante toda la historia, se permite que sean patentados y utilizados como propiedad privada, en forma absoluta y arbitraria. Se puede patentar la solución al cáncer o al SIDA y no venderla, se las puede patentar y venderlas a precios prohibitivos, y nadie se puede oponer a ello.
Por último se puede apropiar la música, las imágenes, las buenas y las malas ideas, etc. Los progresos producidos por toda la sociedad les terminan perteneciendo a los primeros en llegar a un registro de propiedad intelectual. Ya que los dueños por lo general son personas jurídicas.
La acumulación de capital produce la pobreza, priva a muchas personas de bienes que son de todos: agua, aire, terreno cultivable, peces y minerales. Y además esa riqueza ilimitada se sirve de la sociedad con el objeto de cumplir finalidades redundantes.

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