Estaba en la universidad por aquel entonces. En
Alicante. Entre teoremas, números y bibliotecas, entre experiencias,
sexo e ilusiones.
Me recuerdo sentado en clase con la preocupación en la silla de la
izquierda, el esfuerzo a la derecha y la responsabilidad en el
pupitre trasero acariciando insistentemente mis tímpanos. Me
acostumbré a escuchar sin atención, a asentir sin conciencia y a
complacer a otros.
Experimenté vivir con un portero de discoteca en mi mente que sólo
dejaba entrar en ella ideas
que fueran con zapatos y camisa. Mis palabras estaban repletas de yo
nuncas y de valores envueltos con papel Albal.
Mi vida me fue mostrando que no tenía ni idea de lo que me
convenía. Cada cinta que rompía al cruzar una meta me alejaba de la
estabilidad
y la tranquilidad que supuestamente alcanzaría. Descubrí que todas
las emociones que sentía se fertilizaban en el pasado o se nutrían de
futuro. Me propuse dejar de inventar el valor de las cosas y permitir
que mi vida tomara el control. Observé con atención.
Deteniéndome delante de cada idea que no estaba dispuesto a soltar,
de cada persona a la que no estaba dispuesto a dejar y de cada proyecto
al que no podía renunciar. Puse todos los brillantes argumentos que
colmaban mi mente en el retrete y tiré de la cadena. Cupieron.
Este fue el inicio todo.YO, LIBRE: UN VIAJE AL INSTANTE PRESENTE from David del Rosario on Vimeo.
Me desperté en una habitación alquilada en Barcelona. Con una carpeta púrpura repleta de títulos, una maleta rallada que traje por vergüenza (ya que ni idea de qué contenía), una cámara de fotos, una guitarra y un DVD pirata que me habían regalado unos días antes de subir al avión. Unas semanas más tarde, vi ese disco que había viajado conmigo. Los noctámbulos circuitos de mi ordenador crujían para dibujar en la pantalla la imagen de Sergi sentado en una silla. Tomé una decisión. Se desmayaron mis juicios y mi ego trató de reanimar al portero de discoteca pero no tenía nada que hacer; hacía mucho tiempo que lo había despedido. Pocos días después me encontraba delante de Sergi sosteniendo entre los brazos la idea de hacer una película.
Así nació “Yo, libre: Un viaje al instante presente”. No fue
una idea lúcida ni un proyecto diseñado meticulosamente. Lo siento.
Fue infinitamente más simple. Fue un encuentro de cinco vidas en el
presente: Mariano Rico, David Morán, Lara Salvador, Sergi Torres y yo.
Dónde el guión de la película se escribe así mismo instante tras
instante con la única pretensión de compartir aquello que nada ni nadie
puede arrebatarnos: el ahora.
David del Rosario
David del Rosario
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