El propósito original del dinero era sencillamente conectar dones humanos con necesidades humanas, para que podamos todos vivir en abundancia mayor. Actualmente el dinero es usado para generar escasez en lugar de abundancia, y separación en vez de conexión, se ha adulterado su sentido sagrado. El dinero sagrado era un medio para obsequiar, una manera de empapar a la economía global del espíritu prodigo y dadivoso que gobernó culturas tribales y ancestrales, y que rige los intercambios que se dan por encima de la economía monetaria. Una transformación del dinero no es panacéa para todos los males del mundo, ni debe tomar prioridad sobre otras áreas de activismo. Un reordenamiento de la información en las computadoras no quita la devastación social y material que azota al planeta. Aun así, el trabajo de sanar en cualquier otro ámbito nunca alcanzará su potencial sin una correspondiente transformación del dinero, ya que está profundamente entretejido con las instituciones y costumbres de nuestra vida.
La humanidad apenas comienza a despertar a la verdadera magnitud de la crisis que enfrentamos. Si la transformación económica que describo parece milagrosa, es porque nada menos que un milagro es lo que se necesita para sanar al mundo. En todo ámbito, desde el dinero a la recuperación ecológica, la política, la tecnología, y la medicina, necesitamos soluciones que excedan los límites actuales de lo posible. Afortunadamente, a medida que el mundo antiguo se desmorona, nuestro conocimiento de lo posible se expande, y con ello nuestra valentía, y voluntad para actuar. La convergencia actual de crisis en dinero, energía, educación, salud, agua, suelo, clima, política, el ambiente, y demás es una crisis de nacimiento, del mundo antiguo a uno nuevo. Inevitablemente, estas crisis invaden vidas personales, nuestro mundo se desborda, y tambien nacemos a un nuevo mundo y a una nueva identidad. Por eso tantos sienten una dimensión espiritual tras la crisis global, y la crisis económica inclusive. Sentimos que no volveremos a lo “normal” y que nacemos a una nueva normalidad: un nuevo tipo de sociedad, una nueva relación a la tierra, y una nueva experiencia de ser humano.
Fuente: “Economía Sagrada: Dinero, Obsequio, y Sociedad en la Era de Transición”. El libro se puede leer integro online y en inglés aquí
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