Es necesario tomar las calles y las plazas de las ciudades y nuestros
pueblos. Juntar las voces, las manos. Este silencio nos mata. El ruido
del sistema mediático dominante resuena en el silencio, reproduce el
silencio, teje redes de mentiras que nos adormecen y aniquilan nuestros
deseos. Es necesario hacer algo contra la sumisión y la resignación,
contra el estrechamiento de las ideas, contra la muerte de la voluntad
colectiva. Es necesario convocar nuevamente las voces, los brazos y las
piernas de todas y todos los que saben que en las calles se decide el
presente y el futuro. Es necesario vencer el miedo que hábilmente ha
sido diseminado y, de una vez por todas, entender que ya poco tenemos
que perder y que llegará el día en el que ya lo habremos perdido todo
porque nos callamos y, solos, desistimos.
El saqueamiento (préstamo, ayuda, rescate al sistema bancario y al
estado; nombres que le van dando conforme a la mentira que nos quieren
contar) llegó, y con él la aplicación de medidas políticas devastadoras
que implican un aumento exponencial del desempleo, la precariedad, la
pobreza y las desigualdades sociales, la venta de la mayoría de los
activos del Estado, los agudos recortes en el bienestar social, en la
educación, en la salud (que apunta a su liberalización y posterior
privatización ), en la cultura y en todos los servicios públicos que
sirven a la población, para que todo el dinero sea canalizado para pagar
y enriquecer a quien especula sobre la deuda soberana. Después de más
de un año de austeridad bajo intervención externa, nuestras
perspectivas de futuro, las expectativas de la mayoría de las personas
que viven en Portugal y en el Estado español, son cada vez peores.
La austeridad que nos imponen y que destruye nuestra dignidad y desmantela la democracia. Quien se resigna a gobernar bajo
el memorando de la Troika entrega los instrumentos fundamentales de la
gestión del país a las manos de especuladores, tecnócratas y banqueros,
aplicando un modelo económico que se basa en la ley de la selva, del más
fuerte, despreciando nuestros intereses en cuanto sociedad, nuestras
condiciones de vida, nuestra dignidad.
Grecia, Estado Español, Italia, Irlanda, Portugal, países rehenes de la
Troika y de la especulación financiera, pierden la soberanía y la
empobrecen, así como todos los países a los que se impone este régimen
de austeridad. Contra la inevitabilidad de esta muerte impuesta y
anunciada se hace necesario hacer algo extraordinario. Es necesario construir alternativas, paso a paso, que partan de la
movilización de la población de estos países y que los ciudadanos y las
ciudadanas griegas, españolas, italianas, irlandesas, portuguesas y
todas las personas se junten, concertando acciones, luchando por sus
vidas y uniendo sus voces.
Se nos quiere someter y forzar a aceptar el desempleo, la precariedad
y la desigualdad como modo de vida, responderemos con la fuerza de la
democracia, de la libertad, de la movilización y de la lucha. Queremos
tomar las riendas del presente para construir nuestro futuro.
Fuente: ellibrepensador
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