Las “crisis de deuda pública” no son resultado de la mala suerte, los
errores de juicio o la casualidad. A lo largo de cuatro décadas, hemos
visto como esta historieta se repite una y otra vez, con mínimas
variantes, en país tras país.
Todo comienza cuando un país “imprevisoramente” toma préstamos
“demasiado grandes” ofrecidos por los mega-banqueros privados, solo para
“darse cuenta” al poco tiempo que no puede pagar esa
deuda. Simétricamente, un elenco estable de 20 o 30 megabancos globales
–Goldman Sachs, CitiCorp, JPMorganChase, HSBC, BBVA, Santander, Deutsche
Bank, Credit Suisse, UBS y otros– “imprevisoramente” prestan enormes
fondos a país tras país, sólo para “darse cuenta” al poco tiempo que no
pueden cobrar sus deudas.
Una grotesca comedia de errores en la que una de dos: o los Gobiernos
y los banqueros son todos muy, muy estúpidos –cosa altamente
improbable- o…. ¡o discretamente se guiñan el ojo entre ellos
preparándose para cortar “libra tras libra de carne”!
Los banqueros y los políticos son extraños compañeros de alcoba, pero
invariablemente sus “comedias de errores” terminan por ensuciar las
sábanas en todos los países del mundo. Y cuando eso ocurre, los
banqueros saben muy bien que no pueden ir personalmente a patear las
puertas de los palacios presidenciales, los ministerios de economía o
los congresos y parlamentos al grito de: “¡Páguenos o verán lo que les
pasa!”.
No; la farsa de la “democracia” y la “soberanía” deben mantenerse. Es
entonces cuando “agencias públicas y multilaterales” controladas por
los propios mega-bancos globales a través de complejos mecanismos de
administración del poder entran en escena: el Fondo Monetario
Internacional (FMI), el Banco Mundial, el Banco Central Europeo, la
Reserva Federal, el Departamento del Tesoro de EE.UU. y otras naciones…
¡¡Ellos son quienes tienen el rol de patear las puertas de los
presidentes, ministros y legisladores!!
Y tienen la excusa perfecta para hacerlo pues Argentina y Brasil son
voluntariamente miembros del FMI y el Banco Mundial; Grecia, Italia y
España son voluntariamente miembros del Banco Central Europeo y deben
obedecer sus órdenes.
Un caso extremo es el de la Argentina, cuyos sucesivos Gobiernos
“democráticos” han aceptado todos hasta hoy jamás investigar los
orígenes fraudulentos e ilegales de su deuda externa, que se remontan al
régimen cívico-militar que usurpó el poder por la fuerza entre 1976 y
1983.
Bajo el Modelo Shylock, los políticos de turno cumplen a rajatabla
una consigna básica en país tras país: pagar, pagar y pagar… pues para
eso los Dueños del Poder Global les financiaron sus carreras políticas y
campañas electorales.
Fuente: libertad para la humanidad
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