Comenzada el
23 de Mayo, y mantenida a través de manifestaciones, encierros en las minas,
jornadas de huelga, duros enfrentamientos con los antidisturbios de la guardia
civil, cierres de carreteras y vías férreas, los mineros se han convertido en la imagen de la lucha, del espíritu de
la oposición con garra, de esa España que cantara Miguel Hernández, en
cuyos páramos nunca medraron los bueyes que ante los castigos, doblan la frente
impotente mansa.
Los mineros
se han convertido en el símbolo de la conciencia
de lucha
colectiva y de un espíritu invencible.
La Unión Europea prohibió las ayudas al carbón a partir de 2014, pero en vistas de la situación coyuntural por la que se atravesaba, las alargó hasta finales de 2018. Se ha de ser muy patán y cerril para en estos momentos, y tal y como están las cosas, presentar un recorte del 63% a las ayudas al carbón sin haber estudiado una alternativa, una reconversión de la industria minera que dé el trabajo a los desocupados que cree para evitar la desaparición de pueblos enteros. Y se ha de ser muy mal nacido, o en el mejor de los casos un eunuco cerebral, para criticar las jubilaciones tempranas de esos trabajadores que dejan sus pulmones en las galerías de las minas...
Fuente: lasátirabarroca
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