Cada día hay un Atraco a las tres. Y a cada hora. Del último nos enteramos ayer. Aurelio Izquierdo, director financiero de Bancaja, entidad que forma parte de Bankia-BFA, puede cobrar legalmente 14 millones de euros, más de 1200 millones de pesetas, en concepto de indemnización. Este señor era consejero delegado del Banco de Valencia cuando tuvo que ser rescatado el pasado noviembre por el Estado. Su nombre aparece repetidas veces en una pieza del sumario del caso Brugal que investiga la corrupción urbanística. La indemnización de 14 millones debe de ser por daños y perjuicios. Ocasionados por él. Dice Bankia que no lo pagará, que tendrá que pagarlo Bancaja. Bancaja es de Bankia. Bancaja ha sido rescatada. En efecto, no lo pagará Bankia. Lo pagamos nosotros. Otra vez. Antes hemos pagado 1,7 millones al jefe de Aurelio Izquierdo en el Banco de Valencia, José Luis Olivas. Y 2,34 a Rato por hundir Bankia.
Hay muchos más protagonistas de esta versión de “Toma el dinero y corre”. Los más multimillonarios entre pensiones e indemnizaciones, José Luis Méndez, ex-director general de Caixa Galicia, entre 15 y 20 millones euros. José Luis Pego, ex-director general de NovaCaixaGalicia, 10,8. Josep Maria Loza, Caja España-Duero, 10. Ricard Pages, ex-presidente de Caixa Penedes, 11 millones euros. Podría seguir, la lista continúa, es tan abultada como las cuentas de estos señores. Son como Urdangarín: cobran por nada. El yerno del rey cobró 300.000 euros como “asesor verbal” de un empresario, según se acaba de publicar. Así es este país hoy. Consejos vendo que para mí son euros. Les pagan por hablar por hablar. Y por robar por robar, porque falta no les hace a ninguno.
También por no hacer nada y por permitir que nos hagan de todo, le hemos estado pagando el sueldo al gobernador del Banco de España que ahora anuncia que se retira (que le retira el gobierno, vaya). Miguel Ángel Fernández Ordóñez, más conocido por sus siglas MAFO, debería fundar una empresa con sus siglas: Millonarios Asociados Forrados de Oro. Con ella puede seguir haciendo lo mismo que estos últimos años, permitir que los banqueros se hagan de oro y aún tengan la desfachatez de pedirnos dinero.
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