Conferencia: "El ocaso de los poderes fácticos", de Almudena Negro, enmarcada dentro del ciclo de conferencias "Por un mundo digital en libertad", organizada por el Club de los Viernes Madrid.
En el adiós a Maverick, la luz de la libertad política
Don Antonio, que es como le llaman sus seguidores, jamás bajó la cabeza ni dejó de defender vehementemente aquello en lo que creía. Ni siquiera cuando sus problemas de salud se agravaron.
El 28 de febrero, en la oscuridad de la noche, fallecía el pensador, jurista, hombre de acción y siempre polémico Antonio García-Trevijano, quien fuera columnista de LA RAZÓN. Su querida Alhama de Granada, pueblo natal en donde nació un 18 de julio de 1927, acababa de nombrarle el verano pasado hijo predilecto. Amante del arte –no en vano su casa de Somosaguas es un verdadero museo-, la luz marcó su vida. La luz o la ausencia de ésta, puesto que el recuerdo de su infancia se le hacía desagradable cuando rememoraba que lo apartaban del sol. Del sol de Andalucía. De los tiempos en que Alfonso XIII pernoctaba en casa de su abuela. Su abuelo, muerto de tuberculosis en 1909 cuando iba a tomar posesión como gobernador civil de Filipinas, fue diputado del Partido Liberal.
García Trevijano fue uno de los más importantes antifranquistas,
cercano a Don Juan, de quien llegó a ser consejero especial. A su
hijo, el rey Juan Carlos, lo conocería en Zaragoza, cuando éste
estudiaba en la academia militar de dicha ciudad. Quemaron juntos
carreteras a bordo del Pegaso Z 102 del notario granadino. Al menos en
dos ocasiones el franquismo ordenó su asesinato. Así, el 15 de
marzo de 1968 Antonio María Oriol, a la sazón Ministro de Justicia, se
presentó a medianoche en su domicilio para advertirle del atentado en
marcha planeado por el Consejo de Ministros. Trevijano contaría años
después que Oriol se negó a revelarle si Franco había aprobado el
asesinato. Un año después, el 26 de septiembre de 1969, fue avisado por
Antonio Fontán, director del periódico “Madrid”. Querían asesinarlo a la
salida de una vista judicial que iba a tener lugar en los juzgados de
Majadahonda.
Llamado por la CIA por el nombre en clave Maverick, fundó junto a otros la Junta Democrática, la gran coalición antifranquista, presentada en Madrid en julio de 1974 y en París por él, Santiago Carrillo y el monárquico Rafael Calvo Serer. Los doce puntos del Manifiesto constituyente fueron redactados por él. El 6 de noviembre de 1975 fue víctima de un atentado
que tuvo lugar en el cuarto piso de la calle Claudio Coello 50 de
Madrid: tres individuos armados con metralletas entraron en el despacho
y golpearon a Trevijano y sus acompañantes con mazas, dejándolos
malheridos. Ese mismo día salió hacia Puerto Banús, temiendo seriamente
por su vida. (Sigue)
Fuente: Artículo de Almudena Negro en La razón.
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