El “modo de ser distinto” son estos otros mundos posibles que tantos movimientos sociales y políticos reivindican y construyen en la práctica. Estos mundos son futuros deseables y necesarios donde la prosperidad ya no es nuestra capacidad de acumular siempre más (unos mucho más que otros) sino nuestra capacidad de vivir bien y felices dentro de los límites ecológicos del Planeta. Digámoslo con claridad desde ya: en estos“modos de ser” alternativos y en contra de las ideas preconcebidas, la ecología y el trabajo (productivo y reproductivo, decentes y dignificantes) van de la mano. Por ejemplo, la mayoría de los procesos de producción limpios, los más saludables con respecto a la naturaleza, los que más ahorran en energía y en materiales, en agua o en emisiones de C02, exigen más volumen de trabajo —para la misma cantidad producida— que las producciones o servicios que contaminan y sobrexplotan los recursos naturales. De forma más genérica, la transición ecológica de la economía es una propuesta de salida ordenada de la economía del crecimiento y de las lógicas industriales y fordistas hacia otra economía, otra sociedad, en la que prime la sostenibilidad, la calidad, la solidaridad y la participación ciudadana. Es un proceso de “reformismo radical”, es decir una política de los pequeños —y a veces grandes— pasos a corto y medio plazo (según la teoría del “camino se hace al andar”) con objetivos radicales a largo plazo.
Intervención de Florent Marcellesi en el Parlamento Europeo sobre una "Europa post-crecimiento".
Fuente: La transición ecológica de la economía, ¿por qué? ¿para qué? ¿cómo?
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