Haremos una reforma laboral del gusto de los empresarios para que
puedan pagar menor salario y despedir sin apenas costo. Una economía
“competitiva” se labra con bajos costes salariales. Que luego no sea
tampoco competitiva da lo mismo, mientras unos cuantos -quienes deben-
ganen más.
Solo en el primer año elevaremos el paro en más de
800.000 personas y reduciremos los subsidios de desempleo que
"desestimulan" de buscar trabajo. En particular, iremos contra los
parados mayores de 55 años que tengan algún familiar del que tirar
porque “la familia” está para eso. Un nuevo empleo no lo van a encontrar
en su vida.
Lo mismo haremos con los jóvenes a los que animaremos
a hacer las maletas y marcharse de España para que nos bajen un poco
las cifras del INEM. Son los más molestos si se ponen a protestar.
No creemos en lo público. Cuando uno enferma, si no lo puede pagar, ha
de recurrir de nuevo a la familia o buscarse la vida como pueda. La
sanidad –que tan bien funcionaba hasta nuestra llegada- es cara
–diremos-, y, sobre todo, muy rentable gestionada por amigos de
beneficios privados.
Pondremos repago farmacéutico, sacaremos de la
sanidad pública más de 400 fármacos, haremos pagar por las sillas de
ruedas, las muletas y hasta las ambulancias. Suprimiremos pruebas
diagnósticas, incluso de prevención en los bebés. Como lo que importa es
reducir el déficit –aunque no lo consigamos ni hasta arriba de
anteojeras y rímel- nos cargaremos también la formación de médicos para
trasplantes. De toda la vida los pobres han muerto más que los ricos.
Privatizaremos cuanto podamos. Nos obstinaremos hasta volver a quedar en
evidencia porque da igual. Subvencionar la ayuda dependencia es un regalo innecesario, cuando
hay familiares –particularmente mujeres- que pueden cumplir esa función.
Esto lo recortaremos hasta el chasis.
Suprimiremos médicos y
maestros en el ámbito rural, y servicios de transportes. Lo bucólico se
paga. Una nueva Ley de Costas, con ladrillos por doquier, hará emigrar
al secano y eso no puede ser gratis. Nada es gratis.Ya hemos
avisado –esto sí- que nos sobra la asignatura de Educación para la
Ciudadanía y también la de Ciencias para el Mundo Contemporáneo. Hacen
pensar. Hacinaremos las aulas para fomentar la comunicación de los
escolares. Pondremos a trabajar el doble y en materias que no dominan a
los profesores a ver si se estrellan. De universitarios nada. Solo los
ricos estudian, aunque tengan pocas luces.
Como no creemos en lo público, los funcionarios son nuestro principal
objetivo. De todo tipo. Fuera pagas extraordinarias, más horario, puteo
sin fin a ver si se hartan. Si protestan, campañas de desprestigio, que
los españoles suelen tender a culpabilizar más a sus iguales. Fuera
sindicatos, por lo mismo.
Buena tijera a la ciencia, la
investigación, la cultura. Cuanto más burros, mejor. El modelo es el
ocio, el juego, el lavado de dinero de negro, las prostitutas, que -si
logramos apañarlo- exigirá importantes créditos bancarios que se
detraerán de otras cosas. Pero contaremos que proporciona puestos de
trabajo inmediatos aunque luego todo se vaya a pique.Las pensiones son cosa del pasado. Que se acojan a un plan privado o que les atienda la familia como dios manda también.
Elevaremos
el IRPF, el IVA, el precio de los transportes. Hay que pagar “la
herencia” que permitía tener todo lo que antecede, procurando que no se
note que pagan más por menos servicios, ni adviertan cómo habremos
hundido la economía y aumentado el déficit y la deuda a pesar de mermas y
recobros. A los bancos de la jefa Merkel –a todos en general, a los
nuestros que nos subvencionan- esto les gustará.
Subiremos las tasas judiciales. Disminuiremos el número de jueces y
de inspectores fiscales aunque nos llenaremos la boca de palabras como
“transparencia” y "lucha contra la corrupción". Para el Registro Civil
tenemos una idea mejor: entregarlo a los Registradores de la Propiedad
para que amplíen el negocio y cobren también por esto como por el resto
de sus gestiones que en toda Europa son gratis para los usuarios. Es el
gremio del presidente y la vida puede dar muchas vueltas.
Estableceremos
una nueva ley del aborto que obligue a las mujeres a volver a ser
tuteladas en sus decisiones. Y una a modo de cadena perpetua que tan
bien queda de cara al exaltamiento de pasiones populares. La resistencia
a la autoridad será muy penada. No nos atrae de lo público más que las
Fuerzas de nuestra seguridad. La de permanecer en el cargo por más
tropelías que cometamos.
Cuando no nos gusten las leyes –que en
Europa se envician con tachar de ilegales tantas de nuestra querida
España- sacaremos la “ingenieria judicial” y las dejaremos niqueladas.
Al menos hasta la próxima reclamación.
Seguiremos colocando a
familiares y parientes en todos los puestos que den dinero y aseguren un
vivir como corresponde a nuestra estirpe superior.
Les
trataremos a Vds., sobre todo eso, como a tontos. Ya sabemos que no
todos los españoles lo son ¡ni mucho menos!, pero nos bastan con unos
cuantos millones que nos den mayoría y que traguen con cuanto se les
haga. Los medios afines echarán una mano. Sacarán al Papa nacido santo y
sencillo. Fútbol, escándalos, lo habitual. Plantearán las
manipulaciones de la economía –previsiones, déficit o deuda- como un
“rifirrafe” entre gobierno y oposición. Y enviaremos a tertulianos de
confianza las consignas que interese cada día difundir.
Hay
muchos tontos. Que incluso nos defenderán, repetirán que "todos hacen
lo mismo", creerán que nuestras medidas van encaminadas a la resolución
de la crisis y seguirán esperando que “ya pronto” todo cambiará.
Fuente: Artículo de Rosa María Artal para el diario.es. Leer completo aquí
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