La teoría del ‘golpe de Estado blando’, que consiste en usar
“estrategias conspirativas no violentas” para deponer un gobierno, fue
acuñada en 1973 por el politólogo, filósofo y escritor estadounidense
Gene Sharp.
Sharp la describe como una “modalidad de desestabilización” que se
desarrolla en determinadas condiciones políticas internas y externas.
A menudo los ‘golpes de Estado blandos’ son “intentos de desestabilización
orquestados desde el extranjero, focalizados en el boicot económico y la
manipulación informativa”, mayormente contra “gobiernos progresistas”.
Durante el pasado siglo XX hubo más de 100 golpes de Estado en todo el
mundo. En muchos de los casos, especialmente en América Latina,
respondieron a intereses de los Estados Unidos, que no dudaron en
intervenir directa o indirectamente en los golpes.
En lo que
llevamos de siglo XXI se han producido más de treinta, algunos muy
sonados como los de Ucrania, Egipto u Honduras. Otros fallidos como el
de Venezuela en 2002 o el de Ecuador en 2010. Y otros como el de
Paraguay, llamado “golpe de Estado Parlamentario”, en 2012.
En
muchos de estos golpes o intentos siempre se sospecha de la intervención
estadounidense para proteger sus intereses o para derrocar gobiernos no
afines. Pareciera que la política exterior imperialista no ha
evolucionado demasiado con el cambio de siglo.
Invitados: Íñigo Errejón-Podemos, José Manuel Martín Médem-periodista, Lola Albiaca-periodista, Enrique Santiago-IU, Javier Franze-profesor de CC PP y Luis Nieto, de Paz con Dignidad.
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