
Existen otros términos igualmente apropiados para referirse a dicho trabajo infrahumano: globalización, centralización de poder, secularización mundial, imperialismo europeo, nuevo orden mundial, neoliberalismo económico, o –sencillamente- la modernidad. Esta gobernanza mundial que propagan en sus discursos nuestros políticos como marionetas parlantes, no se trata sólo de un simple programa político más o menos impuesto por una minoritaria élite, sino se trata de la más ambiciosa declaración de guerra a la humanidad, a nosotros como hombres, a ti como ser humano.
Pero el error de estas "fuerzas" esclavizadoras del hombre, que ignoran desde su arrogancia suprema, es que desprecian al ser humano, y esta ignorancia se extiende a todos los dominios. ¿Que proyecto podría llevarse a cabo negando el valor cualitativo de lo humano convirtiendolo en un proyecto infrahumano?
Esa es la sigilosa y pérfida estrategia contra-tradicional: hundir al hombre alegando intentar levantarlo, pisar su cabeza con pretexto intelectual, acabar con lo humano en nombre de lo humano. Este neoliberalismo europeo destructor de civilizaciones, como la griega que ha sido cuna de la democracia, se justifica diciendo: "lo hacemos por tu bien y por el bien de todos".
No nos dejemos engañar por estos delinquentes con corbata, sirvientes de las corporaciones multinacionales que hacen lobby desde sus despachos acristalados de los rascacielos del poder.