La gravísima crisis económica, política, social y democrática por la que
atraviesa la eurozona, en particular Grecia -pero también España-, es
la expresión del fracaso de la crisis de identidad y de valores
democráticos y sociales, que reflejan la trayectoria equivocada de la
U.E. tras cincuenta años de existencia. Una crisis consentida e
impulsada por unas élites, que han pasado de la tecnocracia iluminada de
los años 50 al sistema de gobernanza neoliberal que nos rige. La
construcción de Europa es la historia de un proyecto fracasado, en la
que los intereses de los pueblos y los ciudadanos vienen supeditados a
los intereses del capitalismo financiero y de las grandes corporaciones,
que imponen sus leyes.
“30 años de España en la UE: el fracaso del proyecto europeo”, por Ricardo Gómez Muñoz.
La crisis de Grecia, y el NO del pueblo griego en el referéndum, pone sobre la mesa, una vez más, el debate de si el euro y las
políticas económicas, sociales y ambientales aplicadas por las
instituciones europeas son compatibles con un modelo social europeo y
con una Europa que respete la dignidad de las personas y la soberanía de
los pueblos para decidir su destino.
Y es que repasando la
historia de la UE y nuestros 30 años de pertenencia a la misma, y
posteriormente a la eurozona, cabe preguntarse, si al día de hoy, queda
algo de aquel proyecto fundacional que fue imaginado por muchos
ciudadanos europeos. Un espacio de equilibrio político y estabilidad
económica, que pudiera actuar como un referente mundial en los ámbitos
de la democracia, la justicia social, la solidaridad entre los pueblos o
el respeto de los derechos humanos.
Ver segunda parte.
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