La dignidad hace referencia al valor inherente al ser humano en cuanto ser
racional, dotado de libertad y poder creador, pues las personas pueden
modelar y mejorar sus vidas mediante la toma de decisiones y el
ejercicio de su libertad. Pues sólo el que sabe y puede gobernarse a sí mismo, según un principio
racional,
resulta "señor de sus acciones" y en consecuencia, al menos
parcialmente, un sujeto libre; al regular su comportamiento según normas
propias. Entendemos que esa autonomía o dignidad es solo un «potencial de
emancipación» respecto a las necesidades e imposiciones naturales o
sociales y en la historia universal del género humano. La dignidad
humana es un
valor o (derecho) inviolable de la persona. La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de
respeto,
es decir que todos merecemos respeto sin importar cómo seamos. Al
reconocer y tolerar las diferencias de cada persona, para que ésta se
sienta digna y libre, se afirma la virtud y la propia dignidad del
individuo, fundamentado en el respeto a cualquier otro ser.
Llegaron desde todos los rincones de España a la capital. Miles de
personas que durante semanas han caminado desde sus ciudades y pueblos
de Norte a Sur, de Este a Oeste del país. El sábado día 22 se han
unido en una histórica movilización: las
Marchas por la Dignidad para hacer llegar al Gobierno un grito unido de toda la ciudadanía contra las políticas de la Troika, el pago de la deuda y la corrupción política.
Este
Gobierno se sitúa fuera de la legalidad, convierte en negocio los
derechos que tanto costaron conquistar, a golpe de decreto. Sustenta la
corrupción, un hecho generalizado del sistema económico español, pues
forma parte de la estructura misma de este capitalismo de Estado. Tanto
los corruptores como los que se dejan corromper forman parte de este
sistema de producción y distribución de la riqueza, que se queda en los
bolsillos de unos pocos.
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