El año 2011 bien podría recordarse como un año decisivo en el que activistas y periodistas usaron las nuevas tecnologías para alzar su voz
contra el poder y, con ello, ejercieron
presión para lograr un mayor respeto hacia los derechos humanos. También fue el año en el que los
gobiernos represivos afrontaron la posibilidad real de acabar.
Queda mucho trabajo por delante pero la unión de la parte más oprimida de la población ha derribado en numerosas ocasiones imperios y reyes.
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