Este viejo refrán se vuelve evidente en el poco gusto que tienen los hombres para los colores, o será que tenemos poca imaginación. Las mujeres por el contrario creo que tienen una imaginación desbordante o desbordada. Nosotros por el contrario no nos complicamos tanto la vida, y nos arreglamos bastante bien con los 7 colores primarios, así de primigenios somos, como seres del universo lovecraftiano.
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