El gobierno de Estados Unidos elevó al máximo la presión sobre las debilitadas automotrices General Motors Corp y Chrysler, al ordenarles que tomen medidas aún más dolorosas para sobrevivir o que enfrenten la bancarrota. El presidente Barack Obama aseguró además que será limitada una nueva ayuda estatal a las firmas, que ya recibieron 17 mil 400 millones de dólares en un plan de rescate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario